miércoles, 19 de abril de 2017

EL USO DEL LENGUAJE OBSCENO 
EN LOS ADOLESCENTES

Por: Nilse Ximena Vargas Pérez
Psicoterapeuta de adolescentes

"Es horroroso el lenguaje que usa con sus amigos -expresa Lidia, la madre de Azul, su "niña de 13 años". en alguna parte del camino la perdí, no logro reconocer a ésta chica que con tanta vulgaridad y facilidad habla de sexo con chicos mediante el whatsapp".

"Todo es broma, -dirá Azul- es "nuestra forma de  hablar", no quiere decir que yo "vaya a hacer eso que digo", pero es que "así hablamos nosotros", es parte de una especie de código propio de adolescentes, no sé explicar, hasta hace un año no hacía eso, pero empezamos a jugar con mis amigas a hablar de sexo y lo hacemos con los chicos, nos burlamos, lo decimos y no pasa nada".

Un/a terapeuta , que trabaja bajo el modelo de la TSB (terapia sistémica breve) por lo general no irá a buscar mucho las "razones" de este mencionado "mal comportamiento" por los padres. Se procura a partir de la ALIANZA TERAPÉUTICA establecer opiniones positivas de los padres sobre sus hijos, qué hace su hijo/a de positivo aparte de esa situación que les genera ansiedad, y se busca que ellos puedan explicar una "narrativa" de el ciclo de vida de su hijo/a adolescente en torno a lo "mejor" que mostró como hijo/a. También por supuesto, se usan escalas de valoración para identificar sus roles de padre y madre y el tipo de comunicación desarrollado con el hijo/a antes de que se despliegue el denominado "problema".

Por su parte, las sesiones con la adolescente también connotan la búsqueda de los aspectos positivos y valiosos que fue desarrollando como parte de su personalidad en el transcurso de su vida -hasta hoy- y la mirada que tiene de sí en este momento.

Buscar soluciones más que "problemas" en las sesiones familiares lleva a encontrar más recursos en la familia, fundamentalmente cuando se ingresa a  la adolescencia, cuando la línea generacional se muestra tan dispersa y contraria y cuando "por algún pequeño error de comunicación" se podría desgarrar la relación afectiva y la confianza mutua.

Es evidente que la realidad social del adolescente de hoy es ésta que plantea Azul, sin embargo, un método terapéutico respetuoso genera de manera natural una mirada interna a aquello que son sus valores incambiables, y a que pueda simplemente replantearse ésa lectura de "lo normal" entre adolescentes diferente de "lo común". 

Azul observa su conducta, pero más allá de ella, evalúa su relación consigo misma y con su familia, muchas son las estrategias usadas acorde al caso (terapia narrativa, estratégica, centrada en soluciones y la diversidad de herramientas de trabajo), que hacen exitosa la terapia, que logran algo más valioso que simplemente "hacer que deje de hablar obscenidades", va a la recuperación de confianza, a la necesidad de identificar que la autonomía y el derecho de cierta privacidad es parte del mundo del hijo adolescente, aceptar que asume riesgos y debe contar con el soporte familiar para manejarlo y que parte de ese soporte implica la preocupación y el respeto a ciertas normas de la familia. Es un esfuerzo mancomunado por salir de "ese lugar".

Azul explica: "Yo me doy cuenta que mi lenguaje hace pensar que no respeto mi cuerpo, que pareciera que no respeto mi sexualidad, pero tengo sueños, ideales, quiero que mi primera vez, cuando tenga sexo...digo relaciones sexuales, sea segura, cuando yo me sienta preparada y ahora no lo estoy, juego a  hablar de sexo como si fuera experta y tal vez no evalué la imagen que pude causar, pero sé cómo soy y eso es por mis padres y por mí cuando estoy sin ellos".

"Fue aterrador imaginar a "mi niña" haciendo cosas así -dirá León, el padre de Azul- les educamos con valores, pero si algo aprendí en la terapia es que "ya es hora de ver a mi hija como una jovencita en desarrollo, no es ya mi niña, y la juzgamos duro, se alejó, lo último que queremos es alejarla, desearíamos comprenderla y ser comprendidos por ella, por eso acudimos a terapia".

La individualidad, recorrer los caminos de los éxitos familiares más que la evaluación de problemas , contribuye a que "este evento" sea uno más en las fases del ciclo vital familiar. Ningún padre debería juzgar cuando su hijo o hija presenta este tipo de situación,  (en el uso del lenguaje, en acciones de riesgo como el consumo de alcohol) , más sí debería temer que sus acciones restrictivas, desesperadas, a veces torpes, cierre el círculo de confianza y aleje al hijo o hija, corriendo el riesgo aún de afectar el vínculo afectivo; es por ello que siempre será recomendable, acudir a solicitar ayuda de una especialista, porque en el camino del ser adolescente, todo es búsqueda de experiencia, de identidad, de emociones diferentes y en ello, es sólo ver que prevalezca su ser individual entre el grupo de pares, por supuesto, ser constituído en el núcleo familiar. 

PSICOTEENS se encuentra ubicado en Cochabamba- Bolivia, en la calle Tumusla esquina General Acha, Edificio Jhulises, piso 2, telf. 4505227 o al celular 76925750 para recibir atención familiar o individual en temas de adolescencia.